Historias de Bahía Blanca
El espacio de hoy lo voy a dedicar a una historia. Una historia acontecida en la madrugada de anoche en nuestra ciudad. No se trata de cualquier historia, sino de una historia que conmueve por la crudeza de sus desgarradores hechos. Brutales y fatales, nos han sorprendido y aun nos tienen con la boca abierta.
Antes de comenzar es preciso hablar un poco de sus protagonistas. Ellos son dos vecinos de todos nosotros, muchos quizá los conozcamos del barrio, y hoy uno de ellos ya no está entre nosotros. Se trata de Mirta y Walberto. Mirta es una mujer de cierta edad que se desempeñó por muchos años como asistente clínica de un destacado cirujano de la ciudad, hace poco fue despedida cuando la encontraron robándose apósitos y paquetes de algodón. Hoy en día se sustenta dirigiendo su propia clínica de abortos clandestinos, instalada en la cabina de una vieja camioneta chebrolet abandonada en la parte trasera de su patio, entre el corral de los pavos y la huerta de rabanitos. Por su parte, Walberto, se dedica al comercio minorista de productos de bodega. En otras palabras, tiene un delibery ilícito que vende cerveza robada a menores toda la noche. Mirta y Walberto se conocieron en el baño de una estación de servicios Shell en el kilómetro 894 de la ruta nacional 3, hace más de veinticinco años. Cuando Walberto se encontraba peinando una suculenta raya de falopa sobre la mochila del inodoro del baño, oyó la dulce voz de Mirta que insultaba de manera feraz al empleado del servicentro porque según ella habían hormigas en su pebete. Cuando Walberto oyó su voz se enamoró, y horas más tarde se casaron en el asiento trasero de una coupe fuego. En la madrugada de anoche, semanas después de que este feliz matrimonio haya celebrado sus bodas de plata, los inundó la tragedia. La turbulenta espiral de sucesos que hundió a esta familia hasta lo más profundo de la miserable desgracia ocurrió en la madrugada de anoche cuando Walberto regresaba de su repartija habitual de cerveza ilegal. Cuando entró a su casa, se sacó las zapatillas, se puso las ojotas y entró en el dormitorio para descubrir el horror. Mirta estaba teniendo un orgasmo debajo de un vecino gordo y presuntamente impotente. Esta visión despertó el asombro y la ira de Walbert (así lo llamaba su pastelito, Mirta). Entonces el despechado esposo irrumpió a oscuras en la cocina y tomó la pastalinda con la cual había preparado tallarines la noche anterior, y con ella aplastó el cráneo del vecino gordo y presuntamente impotente. Luego de eso, en un arranque de demencia sin sentido subió a su camioneta para dirigirse lo más lejos posible de la ciudad. A todo esto, Mirta, que aparentemente habría mantenido un romance con el difunto desde hacía muchos años, furiosa y con un rencor bestial, quiso cobrar venganza por el acto brutal de su marido, y según las últimas investigaciones habría realizado un ritual de vudú para así hacer llegar la desgracia a su prófugo esposo. Minutos más tarde Walbert fue devorado por un tigre de bengala en el pasillo de los lácteos del wallmart supercenter de avenida sarmiento al 4000, cuando pasaba por ahí a comprar salchichas para el camino. Hoy Mirta fue detenida y espera demorada en la comisaría primera el resultado de las investigaciones. "Una desgracia le puede ocurrir a cualquiera", declaró, desmintiendo las acusaciones de magia negra en su contra. El vecino gordo y presuntamente impotente será velado hasta las seis de la tarde de hoy en la casa velatoria de Bonacorsi Hermanos. Sus hijos despiden sus restos con pena y desazón. Walberto Petronilo Gorgojo fué arrojado a una fosa común en la necrópolis local.
Consecuencias del doble crimen: Fueron retirados todos los libros de Aleister Crowley de la biblioteca Rivadavia y almacenados en la heladera del quincho del ex intendente Lopez.
"Yo no tengo nada que ver!!" Exclamó Crowley."Che, pero ¿Crowley no se murió hace como muchos años?"
"Tenés razón!! pero no digas nada que acá no lo conoce nadie"
ULTIMO MOMENTO: ¡Encontraron entre las posesiones de Walbert un cigarrillo de marihuana!
